martes, marzo 08, 2005


Las cosas que ve Alicia / tienen el corazón de miedo / la rabia de lo intocable / una melodía de guerra / latidos de un hombre que nunca vendrá / en la casa de Alicia / nadie quiere entrar / allí se toman sopas nerviosas / se tragan lágrimas / pero si entras / ella te contará su historia / te invitará un té amargo / te hablará del mensaje tatuado en su brazo / también de su herida más oscura / Alicia peina sus cabellos todo el día / porque no hay nada más que hacer / mientras se mira los escombros / y la tierra tiembla / los años pasa abandonada / sin familia que la toque / entre los pocos objetos de valor que guarda / hay un espejo que te devuelve / tu imagen más profunda / acompañada de un canto perpetuo / y si eres un alma buena / verás por unos segundos el paraíso / pero a Alicia no le importa / su mundo no es el tuyo / el dolor agudo que habita en sus pupilas / no es tu dolor / ella dice que los días tristes tienen un color / que se respira / como una sombra / ya no la mires más / ella seguirá en su sueño para siempre / ¿y tú? / ¿quién sabe de tu sueño? / ¿o de tu herida más oscura? / por eso dejémosla dormir / la de ojos abiertos necesita tiempo / ella va a parir un invierno / con sus párpados que duelen / como la muerte de un hombre / o sus cenizas /

Luis Zúñiga

Realidad

El camino era gris e interminable, el sol molestaba mis ojos; era tan insoportable como los graznidos de una mujer sentada conmigo en la carroza. Bajé el brazo entumecido, las flemas se juntaban en mi paladar, no podía respirar pero sigo hipnotizado por ese camino que pareciera guiar la carroza sin animales que la halaran, hasta que cierro los ojos y me desvanezco ante unos gritos. -un sueño muy extraño ¿no crees sancho?
William García